Hoy no es 14 de Febrero y por lo tanto, tampoco es San Valentín, pseudo festividad donde, más que hacer honor a este santo, se adora a san Márketing. Los días previos al 14, o mejor dicho las semanas previas nos bombardean desde todos los diferentes medios de comunicación con anuncios de diamantes, joyas, colonias y demás cosas sin las cuales tu pareja no "puede vivir" o que harán que te quiera más si cabe (¿?).
Nunca me ha gustado ese día lo reconozco, si regalas porque estás entrando en la rueda, si no porque ves todos los que van por ahí (familiares incluidos) mostrando sus joyas, relojes y demás mientras te miran con cara de ¿y tú por qué no has regalado nada?.
Cierto 14 de Febrero, exactamente hace 4 años, sábado para ser más exactos, sobre las 3 de la madrugada ocurrió un hecho que cambió mi vida y que hizo que ya nada fuera igual. Una patada intrauterina rompió una de las bolsas amnióticas que envolvía a uno de mis gemelos, más comunmente conocido como "romper aguas" por lo que, muertos de sueño y de nervios pusimos ruta hacia el hospital.
Siete horas más tarde nacian mis gemelos, palabra que reconozco no me gusta usar ya que es tratar como un único ente lo que no es, dos personas independientes y diferentes.
Aquel San Valentín fue el primero en que me podían llamar padre, palabra que me sonaba lejana hasta entonces y que, por qué negarlo, me asustaba. Recuerdo que un hermano me decía que aprovechara la vida de libertad antes de tener hijos, porque una vez nacidos ya nunca volverías a tenerla, es más, pensaría que toda vida pasada nunca existió y ¡cuanta razón tenía el jodío!.
No los vi nacer, problemas de las cesáreas y hospitales, pero aún tengo grabado a fuego la imagen de la enfermera cuando salió por la puerta con uno en cada brazo y me los enseñó. No lloré, pero tampoco hablé porque no podía. Tenía un nudo en la garganta de emoción que me impedía articular palabra alguna y una sensación de incredulidad, no podía ser, eran MIS hijos.
Más tarde trasladaron a mi mujer a la habitación y la enfermera se me acercó y me dijo, ¡enhorabuena, son unos niños guapísimos!, no la creí y así se lo dije, no porque no lo pensara sino porque me costaba entender que con solo horas de vida ya supiera distinguir que eran más guapos de lo normal. Ella insistió y me dijo que tenía experiencia en niños y el tiempo le ha dado la razón.
Los meses siguientes al nacimiento, y que desglosaría en 2 apartados fueron:
- 0 a 3 meses: Peores meses de mi vida, lo cual no deja de ser irónico ya que deberían haber sido los mejores, no se los deseo ni al peor de mis enemigos. Descubrí que cuando te dicen que tener gemelos es duro, la gente se quedaba corta, no es duro es durísimo y más si ambos niños tienen cólicos, porque entonces es infernal. Me gustaría pensar que exagero, pero más bien me quedo corto, es lo bueno que tiene el tiempo que al final te quedas con los buenos momentos. Para hacerse una idea de cómo era de duro el día a día os explico uno de ellos hora a hora, sintiéndolo mucho si asusto a alguien.
08:00 h: Niños se despiertan llorando, toca biberón o pecho, dependiendo del turno. Mi mujer coge al del pecho, yo me encargo del de biberón. Pongo a hervir agua y a esterilizar el biberón mientras oigo a los niños llorar sin parar. Tienen hambre, supongo que han de recuperar el peso perdido por ser 8 mesinos. El biberón está listo, lo enfrío con agua templada para que no queme, cojo al que me toca y empiezo a darle de comer. Ahora está callado, empieza a comer pero muy a poco a poco. Se duerme. Lo voy despertando.
09:15: Por fin, tras una hora de comer el niño ha acabado, por lo que toca hacer que eructe y luego cambiarlo. No es fácil, ni una cosa ni la otra, dada nuestra inexperiencia.
09:30: Hay que ponerlo a dormir, al niño le cuesta, está inquieto y llora.
10:00 Por fin se ha dormido, es momento de descansar, comer algo rápidamente o lo que sea.
10:45 Se han vuelto a despertar, tienen hambre y no hace ni tres horas, vuelta a empezar.
...
El ciclo se va repitiendo con la única salvedad de que a veces no llegan a dormirse porque uno despierta al otro y empalmamos un turno con otro, no existen los 45 minutos teóricos de relax. El cansancio empieza a hacer mella. Las noches es lo peor, especialmente a partir de las 20-21 h porque es cuando los cólicos actúan con más fuerza por lo que no puedes ni comer, aunque tampoco importa. Otras veces los niños están en una hamaca y mientras tu intentas comer, vas moviendo el pie para acunarlos, pero no funciona e intentas cenar, calmarlos.
22:00 Han cenado, están cambiados y toca dormir. Todos vamos a nuestras camas sabiendo que en 45 minutos volverá la rutina. Dormir 3 horas al día en 4-5 intervalos de 30-45 minutos nos está agotando.
Me he sorprendido más de una vez, a las 3 de la madrugada dormido con el niño en brazos sentado en el sofá al igual que mi mujer. La sensación de estrés y de impotencia es muy grande, sabes que no debes hacerlo pero tu cuerpo ya no aguanta más. Otras veces el cansancio hace que discutas por tonterías. No se me olvida el día en que tuve una estúpida pelea a las tantas de la madrugada por un asunto sin importancia, pero no éramos nostros, el cansancio nos podía.
Pasan los días, las semanas, los niños siguen empezando el ciclo cada 3 horas, por lo que, con suerte aprovechas 45 minutos. Te visitan amigos y para animarte te dicen que sus hijos a la semana ya casi dormían la noche de un tirón...los matarías, es un comentario que te destroza y te hace pensar qué has hecho mal.
Un mes, dos meses, tres meses, ya hace tiempo que duermes en el sofá del comedor con un niño en su moisés para que uno no despierte al otro durante esos 45 minutos. Ves fotos tuyas y tu cara te asusta, las ojeras son negras, el cansancio puede contigo y te pondrías a llorar por cualquier cosa. Hoy has podido elegir, me tomo el postre, un simple yoghourt o usas esos dos minutos para ir al sofá y no te lo has pensado, el tiempo es oro. Sabes que si alguna vez lo explicas, salvo que lo haya vivido quien te escuche, no lo entenderá o pensará que exageras pero tú estabas allí, tú lo has sufrido.
En un momento de lucidez o de paranoia te imaginas el 14 de febrero como el día en el que degollaron a San Valentín y al amor. Vas al trabajo a descansar.
- 3 meses - 1.5 añosLos meses pasan sin cambio, ahora aguantan 1 o 2 horas por la noche pero no es suficiente, tu cuerpo necesita una cama en condiciones y 5 o 6 horas enteras pero hace casi un año que no lo consigues. Sabes que algún día la cosa mejorará, pero lo ves lejano, muy lejano aún.
Por otro lado, vas tan a saco que descubres que no lo estás disfrutando, suficiente tienes con el día a día, casi no haces fotos, casi no los grabas en vídeo y sabes que, en un futuro te arrepentirás, pero es lo que hay.
Ahora ya tienen 4 años, el infierno se ve ahora muy lejos incluso cuando lo piensas casi te has olvidado de los detalles pero sabes que pasó y por nada querrías volverlo a vivir. Ahora no envidias a nadie, los niños juegan juntos, su mejor amigo siempre está ahí, a diferencia de sus amigos que únicamente lo hacen en el colegio y en el parque y sabes, te lo han comentado varios gemelos, que no son únicamente hermanos, son algo más, aunque son dos seres totalmente diferentes e independientes, siempre formarán parte de un gran yo del que jamás podrán desprenderse aunque estén a miles de kilómetros y eso me gusta.
Dedicado a los padres/madres de gemelos, 2 de ellas de esta vecindad.